La Fiscalía acusa a una mujer de abandonar a sus dos hijos para irse a vivir con su nueva pareja

Los niños, de 11 y 15 años, se encontraban en un piso lleno de basura, sin puerta y dormían en colchones tirados en el suelo La hija pequeña fue acogida por unos vecinos

Restos de comida y basura esparcidas por la vivienda. La puerta de entrada, sin bisagras, se sostenía apoyada en el marco. Las ventanas no tenían cristales y dos colchones sucios en el suelo hacían las funciones de cama. El váter y la cocina estaban impracticables. Este es el lamentable estado de la casa situada en la Palma-Palmilla en la que vivían dos menores abandonados, supuestamente, por su madre, que tres semanas antes había decidido irse a convivir, con el más pequeño de sus hijos, de seis años, con su nueva pareja sentimental.

La Fiscalía de Málaga ha solicitado la retirada de la patria potestad de los niños por un periodo de cuatro años a esta mujer, a la que acusa de un delito de abandono de menores y para la que pide también el pago de una multa de 1.080 euros.

En marzo de 2006 agentes del Grupo Escoltas, Menores y Atención Ciudadana (Gemac) de la Policía Local entraron en la vivienda tras un requirimiento de los servicios sociales municipales, que alertaron en un informe del grave riesgo en el que se encontraban los menores. Al parecer, uno de los niños había escrito una carta en la que relataba la situación de desamparo que sufrían.

En el piso, que era propiedad de la abuela y que en aquel momento se hallaba en prisión, los policías encontraron al mayor de los hermanos, de 15 años, durmiendo en un colchón en el suelo. Estaba solo y relató que llevaba así tres semanas, ya que su madre había decidido irse a vivir con su nueva pareja sentimental, con la que había tenido un último hijo, a un piso en la Carretera de Cádiz.

Su hermana, de 11 años, también abandonada, había sido acogida por unos vecinos, que solían hacerse cargo de la niña cuando, según dijo la menor, su madre se iba a trabajar. Aunque los servicios sociales no le conocían actividad laboral alguna, detectaron que la mujer pasaba noches o incluso fines de semana enteros fuera de casa.

Los servicios sociales llevaban un año haciendo el seguimiento de los menores y la mujer ahora acusada. Se trataba de una familia monoparental. Los niños eran de padres distintos que nunca convivieron con ellos. Así, intervinieron en la escolarización del mayor de los hijos al comprobar que no estaba matriculado en ningún centro educativo. Sin embargo, el menor dejó de asistir a clase a los pocos meses de comenzar en curso escolar.

Conducta destructiva

Los informes sociales afirman que se había ofrecido a la mujer los recursos necesarios para atender a sus hijos, pero «nunca ha colaborado ni mostrado el más mínimo interés». Añaden que como consecuencia de todo ello, el mayor de sus hijos, el que ha soportado durante más tiempo dicha situación de abandono, «ha desarrollado una conducta destructiva y conflictiva».

Ante la falta de colaboración de la progenitora y «la evidente situación de riesgo de los menores», la Delegación Provincial de Bienestar Social de la Junta de Andalucía decretó el desamparado de los menores el 14 de marzo de 2006.